lunes, 11 de julio de 2011

Él.

El pasado, nos guste o no va a ser parte de nosotros, de nuestra historia, y va a determinar nuestra forma de actuar en el futuro. A veces sin que te des cuenta el pasado se abre un hueco en tu futuro y puede llegar a romper un muro que empiezas a construir, intentando impedir que le dejes atrás. Pero hay veces que  la base se hace de una forma cuidadosa, y esos recuerdos no la consiguen tumbar, muchas veces cosas nuevas en ese muro hace que sea más fuerte. Y cuando te das cuenta reconoces que lo que tienes que hacer en guardar esos recuerdos en una caja bajo un candado, en una caja fuerte donde no se puedan llegar a escapar, porque tienes algo más importante en lo que centrarte, tienes algo real por lo que luchar, algo que te hace sentirte realmente viva, él.

En cualquier cuento Disney el príncipe aparece en un gran caballo blanco con una capa y trajeado con la indumentaria real, pero a veces es mejor que en cualquier cuento y aparece con un gemelo, y su indumentaria no es más que una camisa roja y una bermudas vaqueras. En esos cuentos el príncipe y la princesa se van a vivir ese mismo día felices a un gran castillo, pero él te conoce poco a poco, hace que cada día sea más especial y que poco a poco empieces a sentir cosas que creías que no volverías a sentir.

De pronto le miras a los ojos y se produce ese hormigueo, una vergüenza se apodera de ti, te sientes débil  pero a la vez protegida y con la suficiente fuerza de tirar para delante si es a su lado, ves que él es capaz de sacar lo  mejor de ti. Cuando le miras sientes unas ganas inmensas de besarle, pero algo dentro de ti te lo impide. Es el miedo a perderle. Pero un día sus labios están muy cerca de los tuyos, te contienes, "no, no lo hagas, y si no quiere qué?", y él da el paso. Te besa. "No puede ser" eso es lo único que revolotea por tu cabeza. Pero si, es así. Y ese "príncipe" día a día hace que te sientas más dichosa de poder compartir cada segundo a su lado.

Todo parece ir tan bien... todo parece tan bonito que te da miedo, de que esa burbujita se rompa, te da miedo de poder estropearlo todo en algún momento. Te preguntas mil veces "¿por qué es tan especial?" Pero esa duda tiene una respuesta y la encuentras en él, en su mirada, es sus labios, es sus caricias, en su compañía, simplemente él. Y te das cuenta que el cuento sigue, continua y así lo hará porque tiene todo lo que has buscado.

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